Sobrio y con una elegancia innata

Sobrio y con una elegancia innata, el nuevo Dentelle celebra la escultura del tiempo según Claude Meylan. En el centro de la obra, engalanada con oro amarillo, las ruedas de las horas y los minutos embarcan las agujas negras en una danza infinita.

Todos los puentes han sido recortados y enteramente decorados en una armonía de formas, todas particulares, a fin de sublimar el movimiento a través de un juego de transparencias. Los maestros artesanos de Claude Meylan se han ocupado a su vez de la belleza de los diamantes, con una luneta engastada que refleja el destello de la fascinante mecánica.