Con H2 Resonance, el relojero creador Beat Haldimann replantea el reloj: una obra de arte ante todo, un instrumento de medida a continuación.

¿El corazón de la obra maestra? El torbellino volante y central con sus tres barriletes, que caracteriza la pericia de este genial relojero, ha sido desarrollado y armado a mano enteramente en sus talleres de Thun. La esfera habla por sí misma: la maestría técnica elevada a virtuosidad estética se fusiona para goce de los apasionados en una bella caja de resonancia con dos volantes y dos dispositivos de fuerza constante intermediarios independientes. En cuanto a la caja de platino, ha sido elaborada a mano, en la más pura tradición familiar desde 1642.